Para centros de FP de otras categorías, la idea básica de la calidad se basa en la enseñanza y el aprendizaje, en el hecho de proporcionar una formación individualizada que incluya un apoyo específico, en la capacidad de satisfacer las necesidades individuales de los estudiantes y de lograr el éxito educativo, a veces, en unas condiciones personales difíciles. En este caso, garantizar el éxito educativo consiste en apoyar la integración social, y en preparar al estudiante para una participación más activa en la sociedad y para su acceso al mundo laboral.
Por tanto, para estos centros de FP, lo fundamental es la calidad del proceso de enseñanza/aprendizaje, incluyendo las relaciones con el mundo laboral, para proporcionar una formación en un puesto de trabajo. Las actividades relacionadas con la calidad promueven la motivación y la participación activa de profesores y formadores, así como el empleo de métodos e instrumentos para la gestión de la calidad que fortalezcan su compromiso.
Estos proveedores de FP suelen ser críticos con la adopción de un sistema de la calidad interno formalizado, que contemplan como una demanda de su entorno externo. A veces, se considera una carga burocrática e, incluso, una pérdida de tiempo. Con bastante frecuencia, estos centros de FP prefieren dar forma a sus propios enfoques de gestión, para reflejar sus intenciones y objetivos particulares. En consecuencia, construyen sus sistemas de la calidad a medida, apartándose de los modelos estándares que no se corresponden con su concepto de la calidad. Los desarrollos posteriores de su sistema interno de la calidad surgen como consecuencia directa de la continua experimentación con nuevas metodologías y herramientas para mejorar la comunicación con los estudiantes y con grupos de interés externos.