Resulta apropiado monitorizar las actividades que se llevan a cabo para mejorar la calidad en los procesos organizativos, en el proceso de enseñanza/aprendizaje y en el sistema de la calidad. Esta sección se centra exclusivamente en el proceso de enseñanza/aprendizaje, para ilustrar la importancia de su monitorización.

A diferencia de la valoración y la evaluación, que ocupan la tercera fase del ciclo PDCA, la monitorización forma parte del segundo paso y se entiende como la observación directa y sistemática del proceso con los instrumentos que se hayan designado, para obtener conclusiones dirigidas a una mejora inmediata. De este modo, la función principal de la monitorización es proporcionar evidencias del curso de un proceso, para una intervención inmediata si ese proceso se aleja de la intención inicial.

La reducción de las cifras de casos de abandono escolar, el aumento del índice de titulados y la monitorización en los centros europeos de FP, son factores que pueden ayudar a alcanzar los objetivos acordados mediante la recogida de información relevante en tiempo real. Las faltas a clase injustificadas se pueden considerar como una señal temprana de un inminente abandono escolar y, por tanto, se debería monitorizar de una forma precisa en todos los departamentos. En aquellos casos en los que el número de faltas exceda un cierto nivel, el centro debe adoptar una estrategia de asesoramiento para esos estudiantes concretos.

Otro ejemplo es el número de clases canceladas: se deberían proporcionar recursos adicionales para estas clases, con el fin de atender mejor las necesidades de los alumnos.

La calidad de las clases y los seminarios está en manos, principalmente, de docentes e instructores. Si tienen a su disposición herramientas de monitorización adecuadas, podrán controlar ellos mismos la calidad de sus lecciones y, en consecuencia, mejorarlas.

De hecho, los proveedores de FP orientados a la calidad han desarrollado herramientas que ayudan a los profesores a reflexionar sistemáticamente sobre la calidad de sus clases; estas herramientas incluyen diferentes estilos de aprendizaje de los alumnos, sus metodologías preferidas, el fomento del autoaprendizaje y la calidad del material utilizado.

Esta monitorización autodirigida se puede complementar si se incluyen las perspectivas de los alumnos, recogidas mediante cuestionarios, para obtener de un modo inmediato sus opiniones sobre las clases. Estas opiniones se dirigen de forma confidencial y directa al profesor y están destinadas, exclusivamente, a su uso individual. Este cuestionario de los estudiantes aborda cuestiones similares a las del formulario de autorreflexión del profesor. De este modo, el docente puede sacar conclusiones, al comparar su propia percepción con las valoraciones de los alumnos.

Además, algunos proveedores de FP distribuyen cuestionarios a los estudiantes para fomentar la autorreflexión y la autovaloración de su comportamiento en el aprendizaje, lo cual constituye otra herramienta para la monitorización del proceso de enseñanza/aprendizaje. No obstante, en este caso, los estudiantes deben obtener por sí mismos las conclusiones adecuadas para posibilitar el cambio.

Otro enfoque para monitorizar el proceso de enseñanza/aprendizaje en las clases, consiste en construir tándems de profesores que asistan a sus clases respectivas y, de este modo, evaluarse el uno al otro (ver anexo, sección 1.27). La experiencia muestra que, al principio, los docentes dudan en participar en estas actividades, pero los acuerdos en los criterios de la calidad y las herramientas de valoración, ayudan a crear confianza y preparan el terreno para la cooperación.

La monitorización puede adoptar también la forma de reuniones entre profesores y estudiantes en las que se debata y reflexione sobre el proceso de enseñanza/aprendizaje. Aunque la principal intención de estas reuniones es escuchar a los alumnos, conviene hacer un uso dirigido de esta herramienta estructurando las discusiones hacia determinados temas y orientando a los grupos hacia conclusiones y resultados con los que se podrá mejorar la calidad.

Cuadro 11. Herramientas: la monitorización de la calidad del proceso de enseñanza/aprendizaje

Los ejemplos de arriba demuestran con claridad el valor de la monitorización en tiempo real. La recogida de datos monitorizados ofrece la posibilidad de responder de un modo inmediato cuando los resultados de las actividades para alcanzar la calidad son pobres o están por debajo de las expectativas. En varias ocasiones, las medidas que se llevan a cabo para mejorar esas actividades son resultado de la monitorización de la información. Sea o no el caso, el interés común debe ser buscar una solución apropiada. Antes de que la alta dirección tome una decisión respecto a la mejor opción de cambio, las partes interesadas más relevantes deben discutir sobre las medidas necesarias para lograr tal fin.

Figura 6. Gestión de la calidad durante la etapa de implementación

Fuente: CEDEFOP.

Cuadro 12. Preguntas para reflexionar y opciones de acción futura